Page 160 - LUGARES FANTASTICOS
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Una débil voz se escuchó desde dentro de la casita:
—Se siente, se siente… que a mi pared le clavaron el diente.
Divertido, Hansel contestó:
—No es nada, no es nada… solo sientes el roce de un hada.
La puerta se abrió dando paso a una anciana encorvada que se
apoyaba en un bastón de aromático chocolate.
—¡Queridos niños! ¿Cómo llegaron hasta aquí? Este es un
lugar secreto. Pero no importa, pasen, no tengan miedo. Me
gustaría que se quedaran y me hicieran compañía… —y
estirando una huesuda y arrugada mano, los llevó adentro.
El interior de la casa era tan delicioso como el exterior.
Los niños comieron muchas golosinas, pasteles y frutas
de colores. Con tanta azúcar pronto sintieron sueño. La
anciana les señaló dos hermosas camitas de chocolate
donde podrían acostarse, y de inmediato se durmieron
profundamente.
A la mañana siguiente, la anciana, con
mucho cuidado, despertó a Hansel y lo
encerró en una jaula. Luego, sacudió
a Gretel, ya medio despierta por los
gritos de su hermano.
—¡Levántate, holgazana! —le
ordenó la anciana—. Trae leña
y agua para que cocines algo
sabroso porque tu hermano
debe engordar.
Asustada, Gretel se echó a
llorar, pero al comprender
que estaba en presencia
de una bruja malvada,
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