Page 162 - LUGARES FANTASTICOS
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Gretel, adivinando sus negras intenciones, le dijo que no cabría
por la abertura.
—¡Tonterías! ¡Hasta yo podría entrar en ese horno!
Y para demostrárselo, se acomodó a la entrada, pero resbaló y
cayó dentro del horno.
—¡Hansel! ¡Ya estamos a salvo! —exclamó Gretel. Lo liberó
y ambos se abrazaron fuertemente. Revisaron todos
los rincones de la casa y en una habitación
encontraron un baúl lleno de monedas y
piedras preciosas. Hansel llenó sus bolsillos
de monedas y Gretel desocupó una canasta
con verduras para colocar allí todo lo
que pudo sacar del baúl. Con tanta carga
encima, salieron de la casa y volvieron a
deambular lentamente por el bosque. La
alegría de librarse de la bruja dio paso a una
profunda tristeza: ¡seguían perdidos sin
saber por dónde ir!
Abrazados, se durmieron debajo
de un gran árbol.
Despertaron al oír los
gritos de la gente:
—¡Aquí están!
— decían algunos.
—¡Los
encontramos, por
fin los encontramos!
— gritaban otros.
De repente,
oyeron una voz
familiar:
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