Page 65 - FANTASTICOS SUENOS
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A la mañana siguiente, Simbad llegó muy puntual, interesado en
seguir conociendo las aventuras de Simbad, el marino.
El anciano reanudó su relato:
—De regreso en Bagdad, hubiera podido establecerme con la
fortuna que había conseguido; sin embargo, mi espíritu aventurero
me llevó al mar de nuevo.
La amplia sonrisa del viejo dejaba ver su satisfacción.
—Las cosas iban bien hasta que una tormenta hizo naufragar el
barco; fue así como llegamos a una isla donde vivían unos enanos
que nos tomaron prisioneros para llevarnos ante un gigante que
sólo tenía un ojo y cuya comida favorita era la carne humana. Mis
compañeros de penurias y yo acordamos esperar la noche y atarlo
para escapar, y así lo hicimos.
De nuevo en Bagdad, intenté llevar una vida tranquila, pero el
llamado del mar fue más fuerte, así que decidí embarcarme una vez
más. Pero esa historia te la contaré mañana.
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