Page 63 - FANTASTICOS SUENOS
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En medio de aquel esplendor estaba un
anciano quien se dirigió al recién llegado:
—Muchacho, mi nombre es Simbad, el marino.
Aunque todo esto que ves me pertenece, quiero que
escuches mi historia para que entiendas que mi vida no ha sido fácil…
Y así, Simbad, el marino, inició las narraciones de sus múltiples
aventuras para que el joven Simbad conociera su historia:
—Al morir, mi padre me dejó una herencia considerable; sin
embargo, mi juventud e inexperiencia me llevaron a derrochar mi
fortuna hasta quedar en la miseria.
Los miró a todos y bebió un sorbo de su copa antes de continuar:
—Ya sin rumbo, me embarqué con unos mercaderes con quienes
navegué hasta llegar a una isla muy lejana; al bajar del barco un
fuerte temblor nos arrojó lejos… —sonrió—. Cuál sería nuestra
sorpresa, pues lo que pensamos era una isla se trataba en realidad
del lomo de una ballena. Como no logré regresar al barco, me dejé
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