Page 17 - FANTASTICOS SUENOS
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campanada de medianoche, y aunque se excusó con el Príncipe y
le dijo que era hora de partir, el joven no quería separarse de ella.
Cenicienta, temerosa de que la vieran con sus sucios vestidos, se
soltó de los brazos del Príncipe y salió
corriendo, mientras contaba una a una
las campanadas. Bajó por la escalera
principal a tal velocidad que una
de sus zapatillas se le zafó
y quedó en uno de los
escalones.
Aunque el Prín-
cipe la seguía, no
pudo alcanzarla.
Sólo la vio subir a
su carruaje que
desapareció en
la distancia.
Confundido,
pensaba que
cuando al fin
había encon-
trado a la mujer
que buscaba,
esta se le evapora-
ba en un abrir y cerrar
de ojos. De pronto, notó que
algo brillaba en la escalera; tomó la
zapatilla de cristal y la guardó con la ilusión de utilizarla para
encontrar a la mujer de sus sueños.
Poco a poco, los invitados se fueron despidiendo del Rey y de
la Reina. El Príncipe ya se había retirado a sus habitaciones, pensa-
tivo. La madrastra y sus hijas no podían ocultar su malestar. ¡Una
intrusa, eso sí, muy hermosa, había llegado quién sabe de dónde
para arrebatarles el futuro esposo de una de ellas!
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