Page 15 - FANTASTICOS SUENOS
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Una tarea imposible de hacer en solo una hora. Al rato, la madras-
tra salió de la casa, riéndose de la pretensión de Cenicienta, y las
dos hermanas-
tras apoyaron la
genial idea de su
madre.
Al quedarse
sola, las lágrimas
cubrieron el her-
moso rostro de Ce-
nicienta. De repente,
la paloma que vivía en
el avellano se posó en la
ventana de la cocina y se
transformó en un hada, ante
la sorpresa de la joven, enton-
ces le preguntó:
— ¿Quieres ir a la fiesta del
Rey?
—Sí, pero eso no es posible
—Cenicienta enjugó sus lágrimas.
—¡No te preocupes! Yo te ayudaré.
—con un movimiento de su varita mágica, los
harapos de la joven se convirtieron en un hermoso
vestido de encaje bordado en perlas y sus zapatos
sucios en unas delicadas zapatillas de cristal. Su
cabello lucía un brillo sin igual y los bucles dorados
adornaban su hermoso rostro.
— ¡No lo puedo creer! —exclamó, emocionada, Cenicienta.
— ¡Sólo te falta el carruaje! —el hada tocó con su varita una
enorme calabaza que estaba en un rincón—. También debes tener
un cochero —de inmediato transformó a un ratoncito en el coche-
ro—. Pero aunque ya te puedes ir, recuerda que este hechizo única-
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