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concentra en el nor te del país y la inten siva
en el centro, sien do el ganado vacu no y el
caballar los más repre sentativos. La ri que za
minera propor ciona grandes ingresos, pues
además de ser el primer productor del mundo
de plata, del subsuelo mexi cano se extrae
tam bién gran cantidad de azufre, antimonio,
grafito, mer curio, plomo, cinc, cobre, oro,
hierro, manganeso, uranio, titanio, estaño,
etc. Otra fuente importante de energía es la
hidroeléctrica, que se ha desarrollado preferentemente
en los alrededores de la meseta
de Anahuac. Industrias de mayor extensión:
textiles, ali men ta rias, químicas, del cemento
y meta lúr gica. A su vez, el tu rismo es fuente
de saneados ingresos. En los últimos años se
han hecho notables esfuerzos con objeto de
mejorar los medios de comu nicación. Hoy
el país cuenta con unos 26.662 km de vías
férreas y unos 253.666 km de carreteras
que enlazan las distintas
regiones de la Repú blica
con la capital. También el
trans porte aéreo se ha
desa rrollado grande mente
y existen muchos aeropuertos
e innu merables
aeró dromos menores. La
unidad monetaria
es el peso, y el Banco
de México es el banco de
emisión.
Historia. Según las investigaciones,
los po bla dores
más antiguos de México
fueron tribus nómadas que
se esta ble cieron en las inmedia
ciones del lago Texcoco,
aproxi ma da mente
8.000 años a.C. En los primeros
siglos de la era
cris tiana, Teotihuacán
cons ti tuyó el centro de un
gran imperio cuyos restos
actuales dan fe de la magnificencia
de sus cons trucciones: pirá mides
y mo numentos de esplendor extraordinario.
Cuando se des mo ronó el impe rio teotihuacano,
los tolte cas, oriundos del N, invadieron
el país. Su jefe era Huamac. El culto
a Quetzalcóatl fue introducido por ellos. Al
caer el imperio tolteca apa re cieron los chichimecas,
dirigidos por Xólolt, que funda ron el
reino de Acol huacán, con capital en Texcoco.
En 1325 los aztecas o mexicas iniciaron,
desde el N, un éxodo hacia las regiones
centrales; cuando llegaron al lago de Texcoco
fundaron la ciudad de Tenochtitlán. Recibió
este nombre en honor del sacer dote y
caudillo azteca Tenoch. La ciudad estaba
asentada en un islote del lago Texcoco que
posterior men te sería la ciudad de México.
Como consecuencia de las guerras sostenidas
con los tecpanecas, el imperio azteca fue
exten diéndose por el valle de México hasta
Cuerna va ca. Su soberano Moc tezuma I llegó
hasta las costas del golfo de México y, por el
S, has ta Oaxaca. Los az tecas tenían costumCalchiuhtlicue, esposa del dios
Tláloc, diosa del agua.
bres
crue les y sanguinarias, lo que dio origen
al temor y el odio de los pueblos circun dantes.
Con todo, el poderío azteca fue creciendo sin
cesar, hasta el punto que en tiempos de Moctezuma
II, entre 1502 y 1520, sus posesiones
se habían extendido has ta el Yu catán y Tehuantepec.
La primera relación de los conquistadores
espa ñoles con el territorio
mexicano tuvo lugar en el curso de la expedición
mandada por Francisco Hernández de
Córdoba, que llegó a las costas de la península
de Yucatán en el año 1517. El gobernador
de Cuba, Diego Veláz quez, decidió
enviar una poderosa expedición a cuyo frente
iba Hernán Cortés. Tras vencer a algunas
tribus mayas de Tabasco, fundó en 1519
Villa Rica de la Vera Cruz, conquistó Cholula
y finalmente se diri gió hacia Tenochtitlán,
donde al principio fue recibido amablemente
por Moctezuma, obli gado sin duda
por las circunstancias. Sin
embargo, Cortés adu jo
como excusa el hecho de
que los indígenas habían
a t a c a d o l a g u a r n i ción
espa ñola dejada en
Veracruz, y hecho prisionero
a Mocte zu ma, en
calidad de re hén. Mientras
tan to, Diego Veláz quez,
no viendo con bue nos ojos
los éxitos de Hernán Cortés,
man dó hacia México a
Pánfilo de Narváez con una
nueva expe dición. Al saber
la noticia, Cortés dejó un
destacamento en Tenochtitlán,
al man do de Pedro
de Alvarado, y corrió a
enfrentar las tropas de
Narváez, derrotándolas
por completo en Cempoala.
Mientras tanto, la crueldad
y la falta de tacto de
Pedro de Alvarado habían
pro vo cado en la capital la subleva ción azteca.
Cortés, de vuelta en Tenochtitlán con la incorporación
a su ejército del resto de las tropas
vencidas, convenció a Moc tezuma para que
se dirigiera a la multitud, con ánimos de aplacarla.
No obstante, el pueblo no quiso escuchar
y lapi dó al emperador. Entonces, ante
la grave situación plantea da, los españoles
decidieron abandonar la ciudad. Era el 30 de
junio de 1520. La evacua ción se llevó a cabo
en medio de numerosas pérdidas y enormes
esfuerzos. De ahí el nombre de «Noche Triste»
con que se conoce la historia de aquel
penoso suceso. Las tropas de Cortés llegaron
a la llanura de Otumba. Después de una tenaz
resistencia por parte de los indígenas, que
duró 75 días, el 13 de agosto de 1521 la capital
azteca cayó defi nitivamente en manos
de los conquistadores españoles. De este
modo se inició el llamado período colonial.
Car los V nombró a Hernán Cortés gobernador
y capitán general de Nueva España, aun que
años más tarde fue obli gado a regresar a
México
Quetzalcóatl, dios tolteca y azteca
venerado en Teotihuacán antes
del siglo IX.
España, sien do nombrado primer virrey
Antonio de Mendoza. A finales del siglo
XVIII el virreinato de Nueva España con taba
con más de 6 millones de habi tantes, sien do
su superficie su pe rior a los 4 mi llones de km2
.
Sur gien do la pauta de las juntas que enton ces
se constituían en España, el li cenciado Francisco
Primo de Verdad propuso la creación
de una junta de autogo bierno el 19 de julio
de 1808. Al principio el virrey José de Iturrigaray
aceptó la idea. Sin embargo, entre los
latifundistas españoles cundió la alarma. Por
ello dieron un golpe de Estado y apresaron al
virrey, haciendo que regresara a España.
Mien tras tanto, la Audiencia Nacional nombró
contra todo derecho a un nuevo virrey en
la persona del anciano Pedro Gari bay. En San
Miguel y en Querétaro fueron constituidas
dos nue vas juntas. La primera estaba encabezada
por Ignacio Allende y la segun da por
el sacerdote Miguel Hidalgo y Costilla. El 16
de sep tiembre de 1810 se produjo el llama do
«grito de Dolo res», cuando Hidal go reunió a
sus feli greses en el atrio de la iglesia de
Dolores e invitó a todos los hombres a alistarse
para com ba tir por la causa de la libertad.
Así em pezó la guerra de la inde pendencia
me xicana. La cam paña se inició con un ejército
improvisado de voluntarios, obte niendo
éxitos in me diatos en Cela ya, San Miguel, el
Gra nde, Guanajuato y Atoto nilco. A raíz de
estas victorias el ejército prosiguió su marcha
hacia la capital, triun fando en el mon te de las
Cruces. Pero los revolucio narios desis tieron
en su propósito de atacar la ciudad de Mé xico,
lo que les costó una derrota estre pitosa en
Puen te de Calderón, en enero de 1811. La
En Teotihuacán, situada
aproximadamente a 50 km de la
capital, se encuentra la hermosa
construcción de la Pirámide del Sol.
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