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aero náu tica, espacial, electró nica, quí mica,
petro quí mica, tex til y alimen taria. En los
demás países amer icanos el sector ma nu facturero
se limita a la transfor mación de ma te rias
primas locales, predominando en general los
pe que ños esta bleci mien tos fabriles, que con
fre cuencia em plean mé todos semi ar te sanales
o están poco meca nizados.
Por su compo sición étnica, la población
americana es mayo ritariamente de raza blan-
ca, descen diente de colonos europeos. En
algunos países de Centroa mérica y América
del Sur existen importantes contin gentes de
mestizos y criollos; de población negra en el
sureste de EE.UU., Antillas y Brasil, descendiente
de los antiguos esclavos africanos, y
en diversas regiones de la costa del Pacífico
se han implan tado recientemente grupos
asiáticos muy numerosos, especial mente en
América del Norte. La población de América
representa aproximadamente el 15% de la población
mundial; la densidad demo gráfica es
baja (17,2 hab. por km²), y la distribución de
los habitantes por el territorio muy desigual.
Existen grandes regiones prácticamente deshabitadas:
las llanuras boreales, el desierto de
Arizona, los altiplanos que se extienden al pie
de las montañas Rocosas y el desierto mexi-
cano, en Amé rica del Norte; la Ama zonia, la
meseta de las Guayanas, gran parte del Chaco
y la Pata gonia, la costa perua na y el norte de
Chile, en América del Sur. En Amé rica Cen-
tral, en cambio, la densidad demográfica se
sitúa muy por encima de la media continental.
El índice de población urbana es en general
elevado, tanto en los países del norte como
en el centro y sur. Sin embargo, en América
anglosajona es el resultado del nivel de desa-
rrollo, que se aprecia además en los reducidos
índices de creci mien to, con el consiguien te
envejecimiento de la población, así como
en el volumen de población activa em plea da
en el sector terciario. En América Latina,
por el contra rio, la urbanización se produce
como fruto de una intensa emi gración interna
desde las zonas rurales sub desarrolladas,
el crecimiento natural es muy elevado, los
jóvenes dominan la pirámide de población y
las actividades eco nó micas se centran en el
sector pri mario.
Historia. Los primeros pobladores del con-
tinente americano llegaron desde Asia en
sucesivas oleadas a través del helado istmo
del estrecho de Bering, hace unos 30.000 años.
Los vikingos visitaron las costas americanas
hacia el siglo X, llegando al territorio que
ellos deno minaron Vinland, pero el verdadero
descubrimiento del conti nente por parte de los
euro peos se produjo en 1492, año de la llegada
de las tres em bar caciones mandadas por Cris-
tóbal Colón. Españoles y portu gueses fueron
conquis tando y colonizando nuevos terri torios
(México, Perú, Co lom bia, Bra sil...), en lo que
con si deraban inicialmente las Indias occiden-
tales, hasta el siglo XVII, a partir del cual se
sumaron los ingleses y franceses iniciando
la colo nización de América del Norte. Para
ex plotar las riquezas mineras y las tierras otor-
gadas a los conquistadores y colonos, en las
colonias espa ñolas y portuguesas se produjo
un intenso mestizaje y se implan taron diversas
Americanista
Canal de Panamá, vía fluvial
artificial que une los océanos
Atlántico y Pacífico a través del
istmo de Panamá. Tiene unos
64 km de longitud, sin
considerar los canales
dragados de unión situados en
cada extremo.
La ciudad de Panamá es un
activo centro comercial y de
transportes sobre el océano
Pacífico, localizada en el extremo
occidental del canal de Panamá.
formas de servidumbre, mientras que en las
colonias inglesas y holandesas se implantó
el sistema esclavista, que conllevó la intro-
ducción masiva de escla vos negroafri canos
en el continente. Los primeros movi mientos
indepen dentistas triun faron en Estados Unidos
(1775-1783) y en Haití (1804), la emancipa-
ción de la América hispana se produjo entre
1810 y 1824, cerrándose con Perú y México,
y Brasil se independizó de Portugal en 1822.
La evolución posterior, en cada uno de los
nuevos estados soberanos, siguió un curso
distinto en el N y en el S. Los países del N,
de población mayo ritariamente blanca, a me-
diados del siglo XIX entraron en un proceso
de industrialización acelerada, mientras que
en los del centro y sur de América, fragmentados
en pequeños es tados, los intereses de las
oligarquías locales y los conflic tos fronterizos
facilitaron la penetración de los imperialismos
europeos. Éstos fueron desplazados, a partir
de la primera guerra mundial, por Estados
Unidos, país que ya en 1823 había manifestado
sus propósitos hegemónicos con la formu lación
de la doc trina Monroe (“América para
los ame ri ca nos”) y que, figurando desde
prin cipios del siglo XX entre las grandes
potencias mun diales, alcanzó una in discutida
posición he ge mónica que conserva aún en
la actua lidad. Los estados latinoamericanos,
por su parte, vivieron una etapa de desa rrollo,
co in cidiendo con las dos guerras mundiales,
que dio origen a la aparición de nuevas fuer zas
socia les y políticas, con las corres pondientes
ten sio nes internas y exter nas (nacio nalis mos,
po pu lis mos, reformas agra rias, revo luciones,
dic ta duras...). En algu nos países la tensión
social desembocó en desiguales expe rien cias
revolucio narias (Mé xico, 1910-1920; Cuba,
1959; Nicaragua, 1979), mientras que en otros
se instalaron en el poder las dic taduras milita-
res. En la década de los años 80, la mayor parte
de las dictaduras lati noame ricanas dieron paso
a regímenes demo cráticos, al mismo tiempo
que los vaivenes de la economía mundial y el
peso de la deuda externa sirvieron para poner
de ma nifiesto un grave déficit socioeconómico
que se perfila, a las puertas del siglo XXI,
como el problema más grave de los países de
esta región. El Tratado de Libre Comercio para
las Américas ha sido visto como una solución,
en 2004 EE.UU., México, Canadá, Chile y
varios países centroamericanos y del Caribe
hacían parte del tratado y Perú, Colombia y
Ecuador buscaban su ingreso. Por su parte,
Brasil ha fortalecido la alianza con Argentina
y junto a los socios de MERCOSUR desean
aumentar su poder de negociación frente a
Estados Unidos.
americanista. 1. adj. Amér. C. Relativo a las
cosas de América. 2. com. Persona que cul tiva
y estudia las len guas y culturas de Amé rica y,
en general, sus peculiaridades de todo orden,
antiguas o modernas.
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