Page 149 - T6-Analisis
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Niveles de lectura
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Puede expresarse de otras formas, como: “Lo irreal no puede actuar”,
o “Todo lo real participa del mundo de los hechos y de los actos”.
Pueden darse ejemplos concretos del concepto: “No puede ganarse
un partido con los posibles goles por realizar, sino con los efecti-
vamente hechos”, o “Un pudín pintado no quita el hambre”, o “No
busques amores imaginarios. ¡Aquí estoy yo, que te amo!”.
Podemos definir el vicio del “verbalismo” como el mal hábito de
utilizar palabras sin relacionarlas con los pensamientos que deben
expresar, y sin conciencia de las experiencias a las que deberían
referirse. Eso equivale a jugar con las palabras… el “verbalismo”
es el pecado capital de quienes no saben leer analíticamente. Tales
personas nunca llegan más allá de las palabras22
.
22 Ibid, pág 136.
Conocer los argumentos del autor hallándolos en las secuencias de ora-
ciones o construyéndolos a partir de estas. En todos los libros, muchos
de los párrafos no expresan un argumento, otros sí.
Una vez localizadas las palabras clave y las proposiciones de entre las
oraciones principales, se pueden configurar las macroproposiciones que
vinculan diferentes párrafos y nos expresan los argumentos del autor.
Existen algunas reglas básicas de la argumentación que debemos co-
nocer para poder reconocerla y trabajar con ella:
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Todo argumento debe incluir varios enunciados, algunos de los cuales
ofrecen las razones por las que se debería aceptar una conclusión
propuesta por el autor. Si se encuentra primero la conclusión, a
continuación hay que buscar las razones, y si se encuentran estas
primero, hay que ver a dónde conducen.
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Distinguir entre el tipo de argumento que señala uno o más hechos
concretos como prueba de una generalización, y el que ofrece una
serie de enunciados generales para demostrar otras generalizaciones.
El primer tipo de razonamiento suele denominarse inductivo, y el
segundo, deductivo; pero las denominaciones no son lo importante.
Lo que importa es la capacidad para distinguir entre ambos. En su
libro Dos nuevas ciencias, Galileo habla de ilustrar mediante con-
clusiones experimentales a las que ya se haya llegado por medio
de una demostración matemática, y en uno de los capítulos finales
del libro Sobre el movimiento del corazón, el gran fisiólogo William
Harvey escribe lo siguiente:
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