Page 47 - FANTASTICOS SUENOS
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— ¡Señor amo, despierte para que no me roben!
Sobresaltado por los gritos y viendo lo que ocurría, el gigante
persiguió a Periquín, quien intentaba bajar rápidamente hacia su
cabaña. No había tiempo que perder, así que con todas sus fuerzas
el niño le gritó a su mamá:
— ¡Madre, tráeme el hacha enseguida que me persigue
el gigante!
Al tocar tierra, Periquín, con una rapidez sorprendente, cortó
el tronco con el hacha. El gigante cayó y con el golpe perdió el
conocimiento.
Periquín y su mamá vivieron felices con la cajita que, al abrirse,
dejaba caer una moneda de oro.
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