Page 163 - FANTASTICOS SUENOS
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En aquel momento entró el anciano y notó que el soldado no es-
taba en su lugar.
— ¿Dónde se habrá metido? —preguntó; el viejo y el niño lo bus-
caron, pero no lo encontraron—. ¡Ya lo encontraré!
El tiempo siguió su marcha, el invierno llegó y la nieve también. El
niño, a través de las ventanas congeladas, esperaba saludar, como
siempre, a su amigo el anciano, pero no tuvo suerte de verlo. Una
noche, una carroza fúnebre se estacionó frente a la casa vieja y al
poco tiempo partió con un féretro. El anciano había muerto y el niño,
triste, despidió a su amigo desde la ventana.
Algunos días después se celebró una subasta en la casa vieja, el
pequeño vio desde su ventana cómo las personas se llevaban todo
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