Page 165 - FANTASTICOS SUENOS
P. 165
se mudó con su bella esposa a la casa que reemplazó a la vieja. Un
día, mientras sembraban unas plantas, su mujer vio en el jardín algo
brillante y lo recogió. Era un soldado de plomo.
—Déjame verlo —dijo su esposo—. Tal vez no es el mismo, pero
me recuerda algo que viví cuando era niño.
Y le contó a su esposa la historia de la casa vieja, su amigo el an-
ciano y el soldado de plomo.
—Lo guardaré y recordaré tu historia. ¡Qué solo debió sentirse el
viejo! —exclamó la esposa, conmovida.
— ¡Mucho!, pero ¡qué bello es no ser olvidado! —exclamó el sol-
dado de plomo, observando un jirón de cuero que conservaba la
inscripción: “El dorado se desluce, pero el cuero queda”.
El joven comprendió que el
anciano, su gran amigo, seguiría
con vida porque jamás lo olvi-
daría. Pensativo, recordó la
inscripción de los muros de
aquel salón de la casa vie-
ja: “El dorado se desluce,
pero el cuero queda”.
161