Page 121 - FANTASTICOS SUENOS
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Al día siguiente, Geppetto fue a ver su muñeco y se sorprendió al
encontrarse con que Pinocho se movía e intentaba caminar, pero sus
piernas eran débiles y no le obedecían.
—¡Pinocho, hijo, déjame ayudarte! —Lo tomó por debajo de los
brazos y le enseñó a caminar. Pinocho, feliz, dio muchas volteretas y en
una de ellas aprovechó para abrazar a Geppetto, agradecido.
El carpintero se sentía el hombre más feliz del mundo al compartir
su vida con Pinocho, y como padre responsable que era le compró un
alfabeto para que fuera a la escuela, y le hizo un trajecito de papel, unos
zapatos de corteza de árbol y un gorrito de miga de pan.
Pinocho salió para la escuela y en el camino, al ver la naturaleza, pensó
que sería mejor cazar mariposas y husmear los nidos en los árboles que ir
a estudiar. Pepe grillo adivinó sus intenciones y le aconsejó:
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