Page 123 - FANTASTICOS SUENOS
P. 123
—Una fortuna para ti solito… —susurró el gato, zalamero.
La curiosidad hizo de las suyas con Pinocho, por eso no atendió a
Pepe grillo cuando le dijo que amistades de ese tipo no son buenas.
Pinocho aceptó ir al lugar del que le hablaron la zorra y el gato, enterró
las monedas y cuando regresó al día siguiente para ver cuánto se habían
multiplicado, se encontró con que sus consejeros las habían robado en la
noche. ¡Ya no podría darle nada a Geppetto!
Pinocho estaba solo y asustado. De pronto empezó a soplar un viento
fuerte que lo tiró al suelo cubriéndolo de hojarasca. Cuando despertó,
estaba en la cama junto al hada, a quien le dio una versión de los hechos
muy distinta de la realidad. Pepe grillo escuchaba en silencio.
—Estás mintiendo —opinó el hada.
—¿Por qué me llamas mentiroso?
—Porque con cada mentira que has dicho
te ha crecido la nariz, y por no ir a la
escuela te van a salir orejas de
burro.
119