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Los canguros y su vida diaria
Aunque considerados animales nocturnos, los canguros parecen
depender en sus hábitos no sólo de la luz sino también de la tem-
peratura. En el corazón de Australia, sometidos a un calor sofo-
cante, salen al anochecer para dirigirse a los bebederos y pasan
la noche pastando, antes de volver a su retiro diurno. Cuando el
clima es menos extremo, canguros activos son vistos tanto de día
como de noche.
Contra lo que pudiera creerse en unos animales bien adaptados a
los climas secos y calurosos, estos mamíferos buscan en lo posible
la sombra para guarecerse en las horas de luz. Bajo una pequeña
palma, al amparo de un matorral, excavan una cama o baño en la
arena donde se tumban a descansar. Mientras la manada perma-
nece en la zona, cada animal se dirige, al parecer, invariablemente
a su cama cuando es el momento del reposo.
Aún en los periodos de común somnolencia, siempre algún miem-
bro del grupo está vigilante. Por otra parte, el sueño no es conti-
nuo. De vez en cuando un canguro se levanta, escudriña, alza la
cabeza para aspirar los efluvios que trae el viento, antes de echar-
se de nuevo. Otras veces se desplaza a cortos saltos hasta la som-
bra más próxima, construyendo allí una nueva cama y olvidando la
que hasta entonces fue suya.
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