Page 111 - Ciclo 2
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LECTURAS
Cuando el vigía o cualquier otro miembro del grupo descubre un
presunto enemigo inmediatamente da la señal de alarma. El oído
parece tener un papel mucho más importante que la vista en la
vigilancia, y los machos son, en general, más asustadizos que las
hembras.
En casos de alarma repentina, tanto machos como hembras emiten
una explosiva tos muy semejante a la que los galanes dejan oír
cuando pelean. Entonces, se produce una febril y desordenada des-
bandada. Cuando el peligro no parece tan inmediato, dan grandes
saltos y producen sonoros ruidos al golpear en el suelo con las pa-
tas traseras.
Los canguros huyen saltando. Su inusual anatomía ya indica que
su modo de locomoción debe ser también bastante particular. Uti-
lizando las poderosas extremidades posteriores como resorte y la
cola como balancín, un canguro puede dar saltos de hasta nueve
metros de longitud y más de tres de altura. La velocidad, en tales
casos de huida desesperada, se acerca a los cincuenta kilómetros
por hora, pero pueden mantener tal ritmo más allá de unos pocos
minutos so pena de perecer en el esfuerzo.
La velocidad normal es de unos trece kilómetros por hora cuando
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