Page 26 - Tomo5-Logros
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DIMENSIÓN INDIVIDUAL
Impulsividad:
Cualidad de hablar o proceder
sin reflexión ni cautela, deján-
dose llevar por la impresión
del momento.
Emotividad: Cualidad de ser
sensible a las emociones.
Anímico: Perteneciente o
relativo al estado de ánimo.
Impulsividad
Hemos mencionado el riesgo que significa el abandono del “deseo
de hacer” al que nos conduce la motivación, así como la necesidad
de transformar en acciones nuestro entusiasmo para dar continui-
dad al ciclo de la satisfacción de nuestras necesidades.
Así como el desinterés y la apatía pueden llevarnos a un esta-
do depresivo, en el otro extremo de esta actitud encontramos otra
manera de proceder que pone en riesgo también la motivación: la
impulsividad. Actuar sin pensar puede resultar tan negativo como
no hacer nada, y es un comportamiento que debemos aprender a
controlar. A continuación se exponen algunas características que
los psicólogos asocian con el comportamiento impulsivo:
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Incremento de la velocidad de las respuestas a los estímulos.
Desorganización en los planteamientos intelectuales y en la arti-
culación de acciones.
Cambios excesivos de opinión y de actividad.
Impaciencia.
Baja tolerancia a la frustración.
Emotividad
La francesa Sarah Bernhardt
(1845-1923) es considerada
una de las mejores actrices
de la historia. La emoción que
contagiaban sus interpretacio-
nes en el teatro le ganaron el
apodo de “La divina”. Curiosa-
mente, al actuar sufría del ner-
viosismo conocido como “páni-
co escénico”.
Una parte esencial del carácter de nuestro ser está en la capaci-
dad que tenemos para sentir emociones. La propia motivación es
una combinación de sentimientos que se equilibran en un estado
anímico que nos es muy provechoso.
Dice un proverbio inglés que la mayor parte de nuestras equivo-
caciones suceden cuando debemos pensar y, a cambio, sentimos; o
cuando pensamos debiendo sentir. Y todos sabemos que el adecua-
do manejo de las emociones es uno de los desafíos más importan-
tes para el ser humano.
Lo cierto es que dejarse llevar por las emociones o por los impul-
sos no debe confundirse con una motivación sana. Cada individuo
aprende a conocer las dosis de emoción y pensamiento que necesi-
ta para ser exitoso.
22 Desarrollo Integral









































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