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CONVIVIENCIA Y ESPARCIMIENTO
Lectura
Lectura en familia
Hemos mencionado ya que la comprensión
lectora es una de las capacidades vitales para
tener éxito en la sociedad de nuestro siglo. Si
en otras épocas era suficiente contar con la
habilidad de saber interpretar los signos —le-
tras, números, símbolos— de la cultura escri-
ta, hoy queda claro que esa destreza inicial es
apenas el vehículo para estar en disposición de
obtener información, interpretar y evaluar tex-
tos presentados en formas tan variadas como
listas, diagramas, gráficas o prosa.
Estudios internacionales muestran una cla-
ra relación entre la capacidad de comprensión
lectora y el desempeño profesional. Quienes
son mejores lectores, tienen más posibilida-
des de ser exitosos en el mundo laboral.
La Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico, un organismo inter-
nacional que reúne a los países más desa-
rrollados del mundo, realiza cada tres años
un examen en el que mide las competencias
matemáticas, científicas, de solución de pro-
blemas y lectura en los muchachos de quince
años de más de cuarenta países. Además de
medir el nivel general de las capacidades de
los estudiantes de los países participantes,
al analizar las causas del éxito de los que ob-
tienen mejor calificación en la competencia
lectora, ha podido demostrarse que el interés
de los padres por la lectura, y la existencia en
el hogar de material que permita el desarro-
llo de esta competencia, son dos de los más
importantes elementos para impulsar a los
jóvenes a desarrollarse en esta área.
Una familia puede practicar diferentes
estrategias para reforzar el hábito lector de
niños y jóvenes. Leer por la noche a los pe-
queños, conversar con los mayores acerca de
las lecturas de libros, revistas o periódicos
que cada uno ha hecho o inclusive organizar
un círculo de lectura familiar, en el que se en-
carga a alguno de los miembros que relate a
los demás algún libro de su interés, son sólo
algunas de las ideas que pueden ponerse en
práctica para este efecto. Hay que recordar
que el ejemplo de los padres lectores será el
mayor estímulo para que los hijos adquieran
éste importante hábito.
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