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“Hay que comer para vivir y no vivir para comer”. Molière
pan de trigo integral son dos de los
mayores proveedores de estos ele-
mentos. Entre las hortalizas, la col y
la cebolla; entre las frutas frescas, la
frambuesa, el plátano y la pera; y en-
tre los frutos secos, la almendra, la
avellana y la nuez contienen fibras.
Alimentarnos bien nos permite vi-
vir mejor, y así todos nuestros propó-
sitos son más fáciles de alcanzar.
Steven Smith, un prestigioso mé-
dico norteamericano, confesó su fór-
mula cuando al cumplir cien años le
preguntaron dónde estaba el secre-
to de la longevidad. Dijo: “Cuide su
estómago durante los primeros cin-
cuenta años, que él cuidará de usted
durante los cincuenta siguientes”.
Simple y concreto, pero vital.
También los atletas lo
hacen
La excusa más recurrente que usa-
mos cuando nos recomiendan ha-
cer ejercicio es: “No tengo el tiempo
necesario”. Es más, solemos esgri-
mir razones de mayor peso aparen-
te, como “No tengo dinero para un
gimnasio” o “Mi cuerpo no está para
exigencias”.
Dieta y salud
Obak
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