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“La libertad y la salud se asemejan; su verdadero valor se conoce cuando nos faltan”. Henri Becque
Capítulo 11
la alimentación es, precisamente, los
hidratos de carbono. Por eso, cuando
hacemos este tipo de dieta solemos
sentirnos cansados y sin fuerzas.
Grasas: son productoras de ener-
gía calórica y transporte de varias
vitaminas. Una alimentación sana
debería aportar 30% de ellas (10%
grasa animal, 10% pescados y maris-
cos, 10% aceites y vegetales).
Proteínas: constituyen el núcleo
básico de las células y deben repre-
sentar 10% del aporte alimentario.
Y aunque ciertos vegetales, como la
soya, por ejemplo, son ricos en pro-
teínas, la medicina recomienda que
al menos 50% del total proteico ten-
ga origen animal, de alto valor bio-
lógico (carnes rojas, pollo, pescado,
clara de huevo).
Sales minerales: regulan la nutri-
ción celular y la constitución ósea,
entre otras funciones. Aportan, como
su nombre lo indica, los distintos mi-
nerales que requiere el organismo
para su funcionamiento normal, y se
encuentran en los diferentes alimen-
tos que ingerimos. Por ejemplo:
a) Leche y sus derivados, frutos se-
cos y legumbres: calcio.
b) Carnes, leche, legumbres y pes-
cados: fósforo.
c) Carnes (hígado en especial),
frutos secos y legumbres: hierro.
d) Pescado de mar y agua potable:
flúor.
e) Pescado y sal yodada: yodo.
f) Huevo, pescado, carne, cereales
integrales y legumbres: zinc.
g) Hortalizas, legumbres, leche,
carne, frutas y verduras: magnesio.
Si bien son los más importantes, no
son los únicos minerales que requie-
re el cuerpo. El potasio, por ejemplo,
equilibra las sales que necesitamos, y
el sodio regula la entrada y salida del
agua.
Vitaminas: actúan como catali-
zadores de todos los procesos fisio-
lógicos. La mayoría de ellas no son
elaboradas por el organismo y deben
ser incorporadas a través de los ali-
mentos. Las principales fuentes vi-
tamínicas son los vegetales crudos
(verduras, frutas, etc.), por lo que se
recomienda un mínimo de cinco ra-
ciones diarias de estos productos.
En tiempos de máximo estrés, pre-
siones y obligaciones de todo tipo,
una afección que suele ser frecuen-
te es el tránsito intestinal lento o
constipación.
La patología está vinculada fun-
damentalmente con tres cuestiones:
escasa ingesta de fibras y de líquidos,
masticación apresurada e insuficien-
te, y falta de actividad física.
Es probable que los últimos dos
aspectos (masticar adecuadamente y
buena actividad física) le resulten difí-
ciles de resolver, al menos en el corto
plazo. Sin embargo, una abundante
ingesta de fibras habrá de mejorar
sustancialmente el problema. Entre
los cereales, el salvado de trigo y el
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