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Manejo constructivo de la rabia
La rabia no es un comportamiento, sino un
sentimiento. Muchas veces se confunde agre-
sividad con rabia. Aprender a controlar la rabia
es una tarea que el ser humano debe efectuar,
pues todas las personas la experimentan, aun-
que no todas la expresen. Se pueden desa-
rrollar formas sanas de manejar este senti-
miento de manera que los comportamientos
agresivos a los que conduce resulten innece-
sarios. Aquí algunos consejos para ello:
Para “bajar” los ánimos exaltados Para “subir” los ánimos
• Respirar despacio y profundo.
• Leer.
• Dar un paseo.
• Escuchar música suave.
• Tomar un tiempo de descanso.
• Realizar actividades corporales: ejer-
cicios, limpiar la casa, cortar el pasto.
• Llamar a un amigo o a una amiga
para dialogar.
• Visualizar una situación pacífica y
que nos agrade.
• Buscar un abrazo de apoyo.
• Imaginarse en una mejor situación.
• Verse dentro de un tiempo cuando se haya
superado la dificultad actual.
• Convertir una dificultad en un desafío.
• Encontrar los factores positivos de la situa-
ción.
• Aceptar esos sentimientos y buscar una mane-
ra constructiva de expresarlos y elaborarlos.
• Respirar despacio y profundo.
• Buscar actividades saludables que te produz-
can satisfacción y aumenten tu autoestima.
Los conflictos tienen aspectos
positivos:
• Indican la existencia de sínto-
mas y cuestiones sin aclarar.
• Revelan intereses ocultos.
• Mejoran la capacidad de
autoobservación.
• Refuerzan las relaciones sociales.
• Desencadenan procesos de cambio.
Defenderse o agredir
Defender y agredir tienen di-
ferente significado. Cuando
nos defendemos, intentamos
evitar que alguien nos haga
daño. Cuando agredimos,
causamos intencionalmente
un daño a otro. Siempre tene-
mos derecho a defendernos,
pero no debemos agredir. La
defensa debe ser tan pacífica
como las circunstancias nos
lo permitan. La agresividad
puede manifestarse en cada
uno de los niveles que inte-
gran al individuo: físico, emo-
cional, cognitivo y social.
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