Page 64 - LUGARES FANTASTICOS
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Al describir el efecto cautivador de la música del Flautista, todas las
ratas del lugar, muy asustadas, corrieron a esconderse en sus cuevas.
¡Nunca más volverían a ese lugar peligroso llamado Hamelín!
Todo el pueblo salió a las calles a festejar el suceso. Las campanas
de la iglesia repicaban sin cesar y el alcalde ordenó sellar todos los
agujeros de las calles y casas; orgulloso de haber solucionado el
problema hablaba en la plaza principal, cuando el Flautista se le
acercó para reclamar su paga.
—¿Mil florines? —le preguntó el alcalde, olvidando que le
había ofrecido cincuenta mil—. ¡Qué atrevimiento! Todos hemos
visto cómo las ratas se ahogaron solas en el río. ¡Ya no hay ni una
en Hamelín! ¿Y quieres mil florines solo por tocar unas notas?
Confórmate con un trago de vino y cincuenta florines.
Todos los presentes aprobaron las palabras del alcalde: bastante
dinero habían perdido ya a causa de las ratas.
—Señor alcalde, usted y yo hicimos un trato. No me gusta
discutir ni que me engañen —contestó el Flautista, serio.
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