Page 61 - LUGARES FANTASTICOS
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Las más enojadas eran las mujeres, porque cansadas de ver ratas
dentro de sus casas, amenazaban con sacar al alcalde de la ciudad.
A pesar del malestar, los días pasaban sin que nadie encontrara el
remedio para acabar con la peligrosa plaga.
En una de las reuniones el alcalde
propuso usar trampas, algo absurdo si se
tenía en cuenta que había miles de ratas.
De repente, en la puerta del salón
se alcanzó a oír un golpeteo. El
alcalde enmudeció por el terror…
—Parece el roer de las ratas…
—dijo en un susurro a sus ediles—.
¿Habrán
escuchado
lo que dije?
¿Estarán
por
atacarnos?
Nadie le
respondió. El
miedo los había
paralizado. Con
voz temblorosa,
alcanzó a decir:
—¡Puede entrar el
que está llamando!
Las puertas del
salón se abrieron
para dar paso a un extraño
individuo, alto, muy delgado, con
pequeñísimos ojos azules de mirada
penetrante que se iba clavando en
cada uno de los presentes. Una capa
enorme con cuadrados negros,
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