Page 28 - LUGARES FANTASTICOS
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—La abrazó y la besó.
De inmediato, Barba Azul le pidió que le devolviera las llaves y ella
se las dio, pero con mano temblorosa; y él adivinó sin esfuerzo todo
lo que había pasado.
Barba Azul las examinó y al instante explotó:
—¡Has tratado de entrar al sótano! Pues bien, irás a hacerle
compañía a esas damas.
Llorando la joven, le imploró que no lo hiciera, pero el desalmado
de Barba Azul le anunció sin contemplación:
—Te encerraré de inmediato.
—Puesto que me vas a encerrar —respondió ella, mirándolo
suplicante—, déjame encomendarme a Dios.
—Te doy un cuarto de hora
—replicó Barba Azul—, ni un
segundo más.
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