Page 142 - LUGARES FANTASTICOS
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¡Qué lugar tan agradable! Pero lo que
más emocionó al soldadito fue la jovencita
que se encontraba en la puerta del castillo.
Vestía un vaporoso traje de tul con una cinta
donde brillaba una gran lentejuela dorada,
tenía levantado un brazo y, lo más notorio, le
faltaba una pierna, como a él.
Desde donde se encontraba se le dificultaba ver
que la jovencita en realidad era una bailarina que tenía
levantada una de sus piernas en un clásico paso de
danza. Se emocionó tanto que de inmediato pensó que
debía conocerla y pedirle que fuera su esposa.
Cuando llegó la noche, el niño se fue a dormir y los
juguetes aprovecharon la oscuridad para divertirse
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