Page 134 - LUGARES FANTASTICOS
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—Con gusto. Tú cargas
el tronco y yo me encargo
del ramaje.
El gigante puso el tronco sobre sus hombros, pero un trozo de raíz le
impedía ver atrás. Mientras tanto, el sastrecillo se acomodó sobre
una rama, silbando. Cuando el gigante anunció que iba
a soltar la carga, el sastrecillo saltó ágilmente al
suelo y sujetó las ramas con fuerza.
—¿Ya te cansaste?—le preguntó el sastrecillo —.
¿Tan poca resistencia tienes a pesar de tu tamaño?
Aunque el gigante reconoció que su pequeño
rival lo había vencido en tres oportunidades, aceptó
acompañarlo en su viaje con el único propósito de
darle una buena lección.
Después de caminar muchas horas, le propuso al sastrecillo
pasar la noche en casa de unos amigos.
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