Page 119 - LUGARES FANTASTICOS
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¡Han desaparecido los zafiros, el rubí y las láminas de oro! Y para colmo de
males: un pájaro muerto a sus pies. ¡Derriben esa estatua de inmediato y
fundan el metal en un horno! —ordenó el alcalde.
Después de unos días, el fundidor comentó:
—¡Qué cosa más extraña! El corazón del Príncipe Feliz no se funde. —Lo
arrojó a un cajón donde depositaban los desechos. Nadie recordaba que
allí también estaba la golondrina muerta.
En el cielo, Dios ordenó a sus ángeles que le trajeran las dos cosas más
preciadas de la ciudad. Así fue como el ave muerta y el corazón de plomo
llegaron al Paraíso.
—Han hecho una excelente elección —dijo Dios a los ángeles—. En mi
reino, esta avecilla cantará para siempre y el corazón del Príncipe Feliz me
alabará por los siglos de los siglos.
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