Page 89 - FANTASTICOS SUENOS
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ordenó a la cocinera usarme para hacer un buen caldo porque
mañana tiene invitados.
—No tengas miedo, amigo de cresta roja. Tu voz es tan hermosa
que podrás cantar en un coro. Acompáñanos a Bremen a estudiar
música —le aconsejó el gato.
Al gallo le pareció una magnífica idea y aceptó la invitación.
Entonces, los cuatro amigos prosiguieron juntos la marcha. Al llegar
la noche decidieron dormir un poco. El burro y el perro se acostaron
debajo de un gran árbol, el gato escogió una de las ramas más
bajas y el gallo buscó la más alta, un lugar privilegiado.
—Debe haber alguna casa por allá —comentó el gallo a sus
amigos—, porque veo una luz a lo lejos.
—Seguro será un lugar mejor que acá. El suelo está muy frío. Yo
acostumbraba dormir sobre paja y mis viejos huesos no resistirán
pasar toda la noche aquí —aclaró el burro.
—Tal vez tengan comida que ofrecernos —agregó el perro—.
No me vendrían mal algunos huesos.
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