Page 88 - FANTASTICOS SUENOS
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—Ésa sería una buena vida, amigo —contestó el perro—.
¡Partamos ya!
Después de caminar un buen trecho se encontraron con un gato,
tan triste, pero tan triste, que daba pena mirarlo.
—Amigo, ¿qué te ocurre? —le preguntaron.
—Ya estoy muy viejo y no sirvo para cazar ratones. Solo deseo
dormir todo el día al lado de la estufa y ronronear de felicidad. Por
eso, mi ama decidió comprar un gatito joven y me hizo sentir muy
mal, razón por la cual escapé de su casa y ahora no sé dónde ir.
—No te preocupes. Nosotros dos también pasamos por eso.
Acompáñanos a Bremen y nos haremos músicos.
Y así; el burro viejo, el perro de caza y el
gato triste emprendieron juntos la marcha.
Más adelante, al pasar frente a una granja,
escucharon cantar a un gallo. Pero lo hacía
tan, pero tan fuerte, que su garganta
parecía estallar.
—¿Cuál es la razón de tanto alboroto?
—le preguntó el burro.
—Estoy muerto del susto
—confesó el gallo—.
Llevo años trabajando
de despertador y mi
dueña no me lo
agradece:
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