Page 76 - FANTASTICOS SUENOS
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Los niños no sabían que su madrastra, furiosa por su huida, había
hechizado las aguas de ese río; ella pensó que en algún momento
necesitarían beber y solo podrían hacerlo allí. Con esto buscaba cas-
tigar sus atrevidas decisiones.
Asustada, Florencia trató de impedir que su hermanito bebiera,
pero fue imposible; Tomás tomó su primer sorbo y ella cerró los
ojos espantada. En cuestión de segundos, a Tomás le crecieron dos
cuernos en lo alto de la cabeza. Cuando Florencia abrió de nuevo los
ojos vio a un cervatillo… su hermano había desaparecido. Acercán-
dose tímidamente al río, le dijo que no encontraba a su hermanito
monstruo.
— ¿Así es como lo llamas ahora?
— Eso fue lo que tú nos dijiste.
— ¡Errooooooor! Eso era lo que tenía que decirles bajo el hechizo
de su madrastra. Pero luego yo podía decidir qué hacer…
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