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CONVIVIENCIA Y ESPARCIMIENTO
Reflexiona:
Combinar las responsabilidades con la vida familiar no es sencillo.
Seguramente tienes la experiencia de levantarte muy temprano para
empezar a hacer frente a tus obligaciones maternales o paternales.
Cuando los hijos son pequeños, invertimos muchas horas en su
cuidado personal, en acompañarlos a la escuela, alimentarlos,
apoyarlos en sus tareas escolares y en otras actividades.
Cuando crecen vivimos pendientes de los cambios
que les impone el deseo de ser autónomo, que con
frecuencia nos enfrentan a ellos en sus primeras
manifestaciones de independencia de criterio.
Es verdad, quizá pasamos mucho tiempo juntos, pero,
¿realmente podemos decir que nuestra familia
tiene una buena convivencia? ¿Nos cono-
cemos a fondo? ¿Somos partícipes de los
intereses y proyectos de cada uno?
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