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INTELIGENCIA EMOCIONAL
Cinco niveles
Decíamos, al iniciar la página anterior, que la comunicación en la
familia está caracterizada por el aspecto afectivo que es propio de
las relaciones personales que ocurren en ella. Esto no quiere decir
que la comunicación afectiva ocurra sólo en este grupo.
Fortuitamente: Casualmen-
te, sin prevención ni premedi-
tación.
Intimidad: Zona espiritual
íntima y reservada de una
persona o de un grupo, es-
pecialmente de una familia.
Al igual que sucede en cualquier relación que se manifiesta en un
equipo, la comunicación entre los miembros de una familia tiene
diferentes niveles. Profundizar en un genuino espíritu de afecto
y solidaridad requiere que pongamos atención a todas las fases y
circunstancias en las que podamos transmitir tanto información
como señales de nuestros estados de ánimo.
Establecer una comunicación profunda requerirá que transite-
mos adecuadamente por los diferentes niveles de la comunica-
ción. Veamos entonces qué tipo de información intercambiamos
en cada uno de ellos:
•
Hechos, explicaciones, datos.
•
Ideas y opiniones de otros.
•
Ideas y opiniones propias.
•
Prioridades, intereses, experiencias.
•
Sentimientos, creencias, gustos y disgustos.
Observa que para llegar de uno de estos niveles de comunicación
a otro, la información que se intercambia requiere de un grado ma-
yor de confianza. Podemos hablar de hechos, como las noticias o el
clima, con una persona que encontramos fortuitamente en un
transporte público, pero discutir nuestros sentimientos requiere
un grado de intimidad que casi siempre se encuentra en familia.
En 2006, el gobierno de Tailan-
dia inició la publicación de un ín-
dice de felicidad de los habitan-
tes de ese país. Los primeros
resultados mostraron que los
habitantes de las provincias del
noreste de esa nación de Asia
son más felices que el resto, lo
que se atribuye a las arraiga-
das tradiciones familiares que
practican.
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