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APRENDER A ESCUCHAR
Distintos tipos de escucha
No todos escuchamos de la misma manera, ni lo hacemos siem-
pre igual. Describamos algunos tipos de escucha:
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Apreciativa: Es una escucha relajada, placentera, incluso ins-
pirada. Es la que sucede justo en los momentos en que entramos
en un estado de mayor entendimiento. Un buen ejemplo de esto
es lo que nos sucede al escuchar nuestra música favorita.
Selectiva: Cuando escuchamos seleccionando la información,
centramos la atención, la escucha, en un dato en particular. Por
ejemplo, cuando en medio del bullicio de una estación espera-
mos el anuncio de la salida de nuestro autobús.
Reflexiva: En ocasiones, después de escuchar atentamente
alguna información importante, hacemos una introspección y
meditamos; en esos momentos somos escuchas reflexivos.
Analítica: Sucede en los casos en que, para entender la relación
de las ideas en una plática y examinar sus conclusiones lógicas,
descomponemos el tema en partes y organizamos lo que nos
dicen, para entenderlo de mejor manera.
Directiva: Se trata de aquellos momentos de la comunicación
en que la persona que escucha guía a otra, para que el interlocu-
tor responda con sus ideas. Aquí el escucha es directivo, dejando
que el otro exponga el tema y sus argumentos.
Empática: Sucede cuando al escuchar nos identificamos men-
tal y afectivamente con el emisor del mensaje. Nos despojamos
de cualquier prejuicio y abrimos nuestra mente, aceptando tan-
to lo que se dice como a la persona que habla.
Activa: En este tipo de escucha hacemos una lectura de la
persona que emite y del mensaje que recibimos, así como del
contexto. Nos concentramos en la manera más efectiva de com-
prender a fondo lo que escuchamos.
Relajada:
Que no produce tensión o no
supone mucho esfuerzo.
Bullicio:
Ruido y rumor que causa la
reunión de mucha gente.
Sordera célebre
Qué gran humillación experi-
mentaba cuando alguien esta-
ba a mi lado oyendo desde le-
jos la flauta mientras yo, por el
contrario, no podía oír nada…
tales situaciones me llevaron al
borde de la desesperación y fal-
tó muy poco para que acabara
con mi vida. Sólo la fuerza del
arte me retuvo.
Ludwig van Beethoven
(1770-1827), compositor alemán.
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