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PENSAR FUERA DE LOS LÍMITES
Lectura
“Houston, tenemos un problema”
La Agencia Espacial
Norteamericana (nasa,
por sus siglas en in-
glés) envió al espa-
cio, en abril de 1970,
la nave Apolo 13, con
el objetivo de alcan-
zar la región deno-
minada Fra Mauro,
en la Luna. En cami-
no a su destino, casi
56 horas después
del lanzamiento, la
tripulación terminaba
una transmisión de
televisión en vivo en la que se mostraba
la comodidad con la que se puede vivir en
el espacio.
En ese momento, el astronauta John
Swingert fue autorizado a manipular los
tanques de oxígeno. Uno de los tanques
explotó, provocando que fallara el segundo,
y a consecuencia de ello dejaron de funcio-
nar las células de combustible que propor-
cionaban electricidad, agua y oxígeno a la
nave. Swingert, después de observar una
luz de advertencia acompañada de un esta-
llido, exclamó la célebre frase: “Houston,
tenemos un problema”.
Ante la dramática situación, no quedó más
remedio que pedir a la tripulación que pasara
al módulo lunar, diseñado para mantener a
dos personas por dos días, y que en la nueva
En sentido del reloj a la izquierda: El lanzamiento, una explosión causa
el daño, el módulo lunar Aquarius, el filtro improvisado de aire, (de
izquierda a derecha) Haise, Lovell y Swigert. (NASA)
circunstancia debería
mantener con vida a
personas durante cua-
tro días.
Desde la Tierra los
ingenieros espaciales
ideaban y explicaban
a los astronautas la
forma de adaptar los
elementos con que
contaban en el módu-
lo para enfrentar los
críticos problemas
conforme sucedían. La
situación se tornaba
desesperada. El director del centro espa-
cial, Gene Kranz, reunió a su equipo y dijo:
“¡El fracaso no es una opción! Traeremos a
esos hombres de vuelta, sanos y salvos”.
Para fortuna de todos, el astronauta Ken
Mattingly, que había sido descartado de la
misión, acudió a los simuladores del centro
espacial y, después de varias pruebas de
ensayo y error, encontró la manera en que
se podía solucionar el problema principal:
obtener energía adicional para asegurar el
reingreso de la nave a la Tierra.
A pesar de los enormes obstáculos que
tuvieron que sortear, gracias a la generación
de ideas frescas e innovadoras, el 17 de abril
de 1970, para júbilo del Centro Espacial y
del mundo entero, la tripulación amerizó en
el océano Pacífico, sana y salva.
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