Page 23 - CUADERNO-3
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La zorra echó a correr a toda velocidad y el gallo desde
arriba le gritó:
–¡Eh, amiga! ¿Por qué huyes? ¿No decías que todo el mundo
conoce la nueva ley de paz entre hombres y animales? Si es
así esos tipos no van a hacerte daño y no tienes nada que
temer.
La zorra, en plena escapada, vociferó:
–Ya, ya, pero cabe la posibilidad de que los cazadores
tampoco se hayan enterado de que esa ley existe. ¡Adiós y
hasta nunca!
La zorra había querido engañar vilmente al gallo de colores
pero le salió mal la jugada y quedó al descubierto que había
mentido. El gallo permaneció un ratito más en la copa del
árbol y cuando todo volvió a la calma, regresó tranquilamente
al campo en busca de una deliciosa lombriz para saciar su
apetito.
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