Page 100 - CUADERNO-3
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Al poco rato los compañeros de Iván regresaron con
unas piedras y las pusieron dentro de la olla.
–Esta sopa va a quedar muy rica –dijeron los tres.
En un rato la gente ya se había juntado, Iván comenzó
a mover la sopa de piedras y luego la probó.
–¡Mmm! ¡Está muy rica! Solo le falta un poco de cebolla.
Dos amigas ya se habían acercado al fuego y una
de ellas dijo que tenía una cebolla en su casa.
–¡Qué bien! Así le daremos un mejor sabor a
nuestra sopa. Traiga también su plato para
que cene con nosotros –le dijo Iván.
La mujer se echó a correr y enseguida
volvió con varias cebollas. Iván las
puso en la olla de la sopa y después
de un rato la probó de nuevo.
–¡Qué rica está! Pero con unas
zanahorias quedaría mejor.
–Yo tengo algunas en mi
casa –dijo otro de los
aldeanos–. Voy por ellas.
Casi al instante el aldeano
regresó con un pequeño
costal de zanahorias muy
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