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21UNA VISIÓN DE ESPERANZA
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ESPERANZA Y OPTIMISMO
Se equivocan los que creen que esperar y ser optimistas depende básicamente de
la voluntad. La verdad es que no siempre querer es poder. La esperanza es una
virtud espiritual y la afianzas con actos permanentes. El optimismo es actitud ante
la vida que desarrollas desde que naces, en buena medida según el modelaje de
los padres.
Si ellos sabían asumir los reveses y las contrariedades de forma positiva, aprendis-
te a hacer lo mismo. Si eran negativos, puedes reprogramar creencias: quererte,
cuidarte, acercarte a buenos ambientes y buenas personas. Debes cuestionar los
pensamientos negativos, fijarte metas realistas, reconocer tus valores y tus límites.
El optimismo depende mucho del control que tienes de tus emociones, no solo
de pensar positivamente. El optimismo también se apoya en tu vida espiritual y
tu paz interior porque un alma llena de Dios no se hunde en el desaliento de un
modo irremediable.
Vale la pena cultivar un optimismo realista, ya que también de él depende la
salud. Une tu optimismo a tu esperanza con la confianza puesta en Dios. Él es el
amigo que nunca falla.
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EMOCIONES