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21UNA VISIÓN DE ESPERANZA 21
Fue una dura batalla de 24 meses. Se sometió a una delicada operación y a sesiones
de quimioterapia con sus abrumadores efectos: náuseas, dolores, mareos, insomnio,
pérdida del apetito y otros males. Ese mundo alucinante está bien descrito en su libro
Cómo le gané al cáncer antes de ganar el Tour. En contra de amigables consejos y
oscuras premoniciones, Lance subió a su bicicleta y, poco a poco, volvió a ganar.
En 1999 sintió que estaba preparado para el combate más exigente, fue al Tour de
Francia, sorprendió a los expertos y triunfó. Al año siguiente repitió y lo acusaron de
dopaje. Un periodista le preguntó de frente, qué tomaba: “Yo tomo mi bicicleta siete
horas diarias”, fue la respuesta del campeón.
Lo que llegó después suena utópico: en su vida ciclística sumó siete triunfos conse-
cutivos. Pero él afirma que ser un sobreviviente del cáncer y poder inspirar a otros,
dándoles fe y esperanza, es su mejor logro. Por eso es bueno meditar su testimonio
y aplicarlo a la propia vida: “Cuando se está tan cerca de la muerte, necesariamente
cambias la manera de verte a ti mismo y de ver la realidad. La vida no es tan corta,
pero tampoco tan larga como para desperdiciarla. Muchos se quedan perplejos
cuando digo que el cáncer es lo mejor que me ha pasado en la existencia. De hecho,
me dejó grandes regalos: humildad, confianza, coraje, amor a la vida y a los que me
aman. Antes fue una pesadilla, pero hoy sé que siempre vale la pena luchar porque
la alternativa era rendirse y morir, o pelear y seguir vivo.
No quise aceptar la posibilidad de ser derrotado por el cáncer y con la ayuda de mu-
chos salí de ese túnel. Sé que también con Dios aunque antes no era un creyente”.
Lance es un ejemplo vivo de la fuerza
de los valores, el trabajo en equipo y
tenacidad a toda prueba. Como todo
ser humano tiene sus vacíos, pero sus
hazañas tocan el alma y están allí para
encender un fuego en el corazón. Su
ejemplo muestra que los imposibles
casi siempre están solo en la mente.
La esperanza ve lo invisible, siente
lo intangible y logra lo imposible.
Robert Frost
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