Page 49 - 5 Beneficios de la salud emocional
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“En la contención es donde primero se muestra el maestro”. Goethe
rarse de la vida laboral activa. Así, el
adulto se halla en una situación en la
que, de algún modo, debe atender
y ocuparse de las necesidades de la
generación que lo antecede y de la
que lo sigue. Es el momento en el
que, con mayor o menor intensidad,
es reclamado por los hijos —como
normalmente debe ser—, pero tam-
bién por los padres que lentamente
van entrando en la etapa en la que
requieren un poco más de asistencia.
En paralelo, la edad adulta sue-
le encontrarnos, profesionalmente
hablando, en la cima de nuestra ca-
rrera. También allí hay una multipli-
cidad de responsabilidades y reque-
rimientos. Es frecuente, entonces,
que el hombre y la mujer que se
encuentran en tal posición sientan
en determinados momentos que
son exigidos desde distintos lugares.
¿Qué hacer?
Una tarea bien pagada
Entre todas las responsabilidades
que el adulto debe asumir, las que
están ligadas con lo afectivo suelen
ser las que más energías demandan.
En un presente cargado de vérti-
go, transformaciones y competen-
cia, son los miedos, las angustias y
las inseguridades las que prevalecen
entre las personas que requieren
nuestro apoyo. La contención es sin
duda la tarea que más se nos recla-
ma y la que, al mismo tiempo, más
reclama de nosotros.
Contener al otro es, en principio,
tener la capacidad de ponerse en su
lugar y conjuntamente tomar distan-
cia. Es ser capaces de ver las cosas
como el otro las ve, pero a partir de ahí
no solo acompañar sino poder señalar
alternativas y caminos posibles para
escapar de una emoción negativa.
Contener da sus frutos
Cuestión de confianza
Brindar contención afectiva exige a
quien la da algunos requisitos. El más
importante es la confianza. No pode-
mos tener una actitud contenedora ha-
cia alguien que no confía en nosotros.
La confianza no se construye de un día
para otro ni surge de una historia de
comportamientos ambiguos. Solo po-
demos lograrla si hemos sido coheren-
tes y francos.
Cuando contenemos, estamos
poniendo a prueba nuestra propia
solidez emocional: actitud positiva,
optimismo, creatividad y autoestima
son algunas de las cualidades que se
involucran en esas ocasiones y que,
de varias maneras, debemos fomen-
tar en el otro.
Pero la tarea tiene su premio.
La actitud contenedora hacia nues-
tros hijos, padres, pareja, compañe-
ros de trabajo o subordinados nos
obliga, por una parte, a realizar un
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