Page 38 - 3 Metas y logros
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“Para hacerse comprender, a la gente hay que hablarle mirando sus ojos”. Napoleón Bonaparte
Capítulo 4
nosotros mismos, tendremos una
clara minusvalía para comunicarnos
con nuestros semejantes. Seremos
retraídos, silenciosos y parcos y nos
apartaremos de la red intervincular
que es toda sociedad humana.
No ordenamos la secuencia
lógica de las ideas
Razonar bien quiere decir ordenar
la secuencia de las ideas según al-
guna categoría. Como en cualquier
teorema de los que estudiamos en
la escuela, ese orden tiene un esca-
lonamiento que nos permite hilva-
nar un concepto con el siguiente.
No respetar esa lógica indefecti-
blemente llevará a la confusión de
quien escucha. Incorporar una ex-
cesiva cantidad de información su-
plementaria o anecdótica a la se-
cuencia (“irse por las ramas”) será
otra forma de enturbiar la informa-
ción principal y llenar al interlocutor
de dudas.
No seleccionamos
correctamente las palabras
Tanto en la comunicación escrita
como en la oral el instrumento del
que nos valemos para llevar adelan-
te el proceso son las palabras. Cuan-
do las utilizamos incorrectamente,
tanto en el aspecto gramatical como
en el semántico, el intercambio co-
municativo se torna confuso y hasta
incomprensible. El particular lengua-
je que emplean los adolescentes es
uno de los ejemplos más comunes.
Los adolescentes acostumbran
usar un repertorio muy limitado de
términos, expresiones de conceptos
tkemot
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