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“La riqueza es la que se acumula y no la que se gasta”. Thomas J. Stanley
es ir formando una masa de dinero
que habrá de posibilitar ciertos nive-
les de inversión y nuevos ingresos.
El segundo es la capacidad que le
otorga afrontar gastos imprevistos
a quien puede lograrlo. El tercero es
el ejercicio de una disciplina regular.
Sin embargo, como todos los fac-
tores de la economía, el ahorro tie-
ne condicionantes que dependen de
otros elementos.
El salario
Una de las variables que suele ope-
rar sobre el ahorro es la expectati-
va. Si se supone que en el futuro los
ingresos por la vía del salario serán
mayores que los actuales, la tenden-
cia es hacia el consumo, reduciendo
o anulando el excedente. Si por el
contrario evaluamos que se manten-
drá constante o disminuirá, tratare-
mos de procurarnos un ahorro para
compensar la pérdida por disminu-
ción directa o por aumento del cos-
to de vida.
La otra variable es el nivel salarial.
Los altos ingresos favorecen lógica-
mente el excedente, mientras que
los más bajos otorgan menos posibi-
lidades reales de que el consumo no
absorba todo el dinero disponible.
Precios y tipo de interés
En economías con un alto nivel infla-
cionario, la tendencia hacia el ahorro
efectivo en dinero disminuye. Ade-
lantar el consumo previsto para me-
ses subsiguientes suele ser la forma
más frecuente en que se utiliza el ex-
cedente. En el otro extremo, cuando
las tasas de intereses bancarios son
elevadas, también la masa de ahorro
crece. Este mecanismo es empleado
por las entidades bancarias cuando
se hallan en estado de iliquidez, es
decir, dan mayor interés cuando ne-
cesitan hacerse de dinero, que por
supuesto prestarán a una tasa supe-
rior a la que pagan al ahorrador.
Asegurando el futuro
Los Montes de la Piedad
En el siglo XV, en Italia, los monjes fran-
ciscanos crearon los “Montes de la Pie-
dad”. Esas fueron las primeras entida-
des financieras benéficas para combatir
la usura. El ahorro de los sacerdotes era
dado en préstamo a los pobres que,
empeñando sus pertenencias, podían
hacerse de dinero para satisfacer sus
necesidades primarias. Hoy hay bancos
oficiales que cumplen esa función.
Características personales
o familiares
Como no puede ser de otra mane-
ra, y ocurre en todos los órdenes de
la vida, las características de una
persona o de una familia tienen
una influencia importante en la de-
cisión de ahorrar o no hacerlo. Hay
quienes tienen una marcada tenden-
cia a vivir el hoy, y le asignan un valor
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