Page 50 - LUGARES FANTASTICOS
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—Me asusta que me hables de esa manera —dijo el rosal.
—Has vivido mucho tiempo —continuó diciendo el caracol—, y
jamás te has preguntado, ¿para qué viniste a este mundo?
—Bueno… —titubeó el rosal— la naturaleza ha sido bondadosa
conmigo y yo le agradezco con mis hermosas rosas.
—Una vida bastante cómoda, ¿no te parece?
—Sí, lo ha sido —aceptó el rosal—. ¿Y qué me dices de ti?
Presumes de tu inteligencia, hablas de asombrar al mundo, pero no
haces nada útil.
—¿Cómo no? Sucede que yo me aprecio tanto, que todo lo hago
pensando en mi bienestar y me tiene sin cuidado lo que piensen los
demás. No me interesa nada del mundo.
—Creo que cada uno debe dar a los demás lo mejor de sí mismo
—opinó el rosal.
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