Page 42 - LUGARES FANTASTICOS
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A partir de ese día la niña usó su caperuza todos los días.
Por eso la gente comenzó a llamarla Caperucita Roja.
Habían pasado unos cuantos días cuando la madre le
pidió a la niña:
—Debes llevarle estos panecillos recién horneados a la
abuela. —Mientras, llenaba una pequeña cesta con frutas,
mermeladas y mantequilla casera—. Pregúntale cómo está, si
necesita algo más y regresa rápido. Ve y vuelve por el camino de
siempre. No cruces el bosque ni te detengas a hablar con nadie,
porque puede ser peligroso.
Después de andar un rato, a Caperucita Roja se le ocurrió adornar
con muchas flores la cestita. Pero, ¿dónde encontrarlas? ¡En el camino
no crecían flores! Así que, olvidando la recomendación de su madre,
se internó en el bosque. Estaba feliz, cortando capullos de los más
variados colores y aromas, cuando de pronto se le acercó el lobo.
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