Page 172 - LUGARES FANTASTICOS
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LA LECHERA LA LECHERA
M Mientras trenzaba su largo cabello oscuro, la lechera dijo a su
imagen reflejada en el espejo: “¡Oh, qué hermoso día!”. Se había
levantado muy temprano porque debía ordeñar a su única vaca para
vender la leche en el mercado del pueblo.
Como la vaca estaba de buen humor, obtuvo más leche de la que
acostumbraba y el cántaro se llenó hasta el borde.
“Qué suerte tengo”, pensó. “Sin duda soy una mujer afortunada”.
Con el cántaro al hombro, salió de su casa y emprendió el camino al
pueblo. Durante todo el trayecto no cesó de hablar consigo misma:
“Cuando venda
toda esta leche
tendré mucho
dinero”. Y
sonreía. “Con
ese dinero
podré
comprar cien
huevos”.
Y volvía a
sonreír. “De esos
huevos podré sacar
cien pollos que en
la tarde me rodearán
cantando su pío pío”.
Se sentía muy, pero
muy feliz imaginando
a los pollos que
corrían detrás de ella.
“Pensándolo bien,
no necesito quedarme
con esos pollos”, se dijo
después. “Si los vendo,
con el dinero podré
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