Page 137 - LUGARES FANTASTICOS
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fieles, pero no podía impedirles que se fueran; además,
le preocupaba que el hombrecito hiciera de las suyas en
el palacio para quedarse con el trono.
Después de muchos días de angustia, encontró una
solución al problema.
—Estamos ante un grave peligro —le dijo al sastrecillo—. En
el bosque viven dos gigantes que nos causan enormes daños
y nadie ha podido con ellos. Si logras vencerlos recibirás como
recompensa la mitad de mi reino y la mano de mi hermosa hija.
Si aceptas, cien soldados te acompañarán para auxiliarte.
Casarse con la Princesa y quedarse con la mitad del reino no era
cosa que el sastrecillo fuera a rechazar, así que aceptó de inmediato.
Cuando el grupo llegó al bosque, el sastrecillo pidió a sus
acompañantes que no lo siguieran y se marchó. En un claro vio a los
dos gigantes durmiendo debajo de un árbol; sin pensarlo dos veces,
subió por entre las ramas y arrojó una piedra a uno de los hombres que
de inmediato se levantó, sobresaltado.
—¿Por qué me pegaste? —le gritó al otro, pateándole una pierna.
—¿Que yo te pegué? No sé… tal vez estaba soñando.
Se volvieron a dormir. Después de un rato el sastrecillo les arrojó
piedras de nuevo; los gigantes discutieron, se acusaron y hasta se
dieron unos buenos golpes. Pero el que iba
perdiendo la pelea salió corriendo y el otro
se fue detrás a alcanzarlo.
La calma volvió al bosque y el sastrecillo
regresó donde los soldados.
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