Page 55 - FANTASTICOS SUENOS
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Entre tanto, el Sultán exigió a Aladino el inmediato
regreso de su hija. El joven recordó al genio del anillo
y buscó su ayuda:
—Genio, ¡tráeme de vuelta a mi esposa!
—Devolvértela no está en mi poder; solo el genio de la
lámpara puede hacerlo.
—Entonces, llévame a donde está mi amada —ordenó.
Y así sucedió, el genio trasladó a su amo hasta donde
Salim tenía secuestrada a la princesa Halima. Ella le
contó todo cuanto había sucedido, también le hizo
saber que el mago mantenía la lámpara atada a su
cintura, para no separarse de ésta ni de día ni de noche.
Elaboraron un plan para recuperar la lámpara, la libertad
de la princesa y la felicidad de sus vidas. La idea era la
siguiente: Aladino le entregaría a su mujer un brebaje para
que lo mezclara con vino, esta combinación haría que
Salim perdiera el sentido.
Esa noche Halima se vistió con sus mejores galas e invitó a
Salim a cenar. El mago, se halagó con el cambio de actitud de
la princesa, guardaba la esperanza de que lo aceptara como
esposo. El vino dispuesto para la cena contenía la pócima, y
Halima se aseguró de que Salim lo bebiera completamente;
así perdió el conocimiento y cayó desmayado. Aladino llegó a
ayudar a su esposa, recuperó la lámpara y pidió al genio que todo
volviese a la normalidad.
Aladino y la princesa Halima regresaron con su palacio al lado
del Sultán, donde reinaron felices muchos años, siendo amados y
respetados por su pueblo. Salim despertó sin recordar nada de lo
sucedido ni de su vida; era un hombre diferente. Entonces, Aladino
perdonó sus malas acciones y le permitió llevar una vida tranquila
como criado en el palacio del Sultán.
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