Page 169 - FANTASTICOS SUENOS

—Será el orgullo de nuestro reino. Todos los príncipes vendrán a
pedirla en matrimonio cuando sea grande —comentó el Rey, orgulloso
de su princesita.
—Es cierto, pero tendrá un defecto —aseguró el hada.
—¿Un defecto? —preguntó la Reina, preocupada.
—La niña será muy agraciada, pero torpe e ingenua; aunque no toda su
vida —vaticinó el hada—. Le voy a dar el poder de hacer guapo al hombre
del que se enamore. En cambio, su hermana tendrá mucha inteligencia.
Pasaron los años, los principitos crecieron y Riquete, con su gran
copete, se hacía cada vez más bondadoso y sabio. Pero no era feliz
porque por su fealdad ninguna doncella se le acercaba. Por el contrario,
la Princesa cada día cautivaba más jóvenes con su belleza y su mirada
angelical; pero se alejaban de ella en cuanto abría la boca para expresar
cualquier pensamiento. Por eso, buscaban a su hermana, con quien
podían hablar de muchos temas aunque fuera fea.
Un día, mientras paseaba por el bosque, la Princesa se encontró
con un muchacho feo: era Riquete. Una vez que superó el susto se dio
cuenta de que se trataba de un muchacho inteligente y bueno. Riquete,
por su parte, con solo verla se enamoró de ella.
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