Page 151 - FANTASTICOS SUENOS
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Al mirar la cama pequeña, los tres osos se dieron cuenta de que allí
descansaba una hermosa niña de cabello rubio.
— ¡Alguien está durmiendo en mi cama! —chilló el osezno.
Fue tal la algarabía de los osos que Ricitos de Oro se despertó y,
asustada, abandonó la casa. Corrió tanto que finalmente encontró el
camino que la llevó a su casa. Entonces, comprendió que no debía salir
sola, y que tenía que respetar la intimidad de los demás.
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