Page 129 - FANTASTICOS SUENOS
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John Smith confesó—: lo amo, padre. Amo a este hombre blanco.
El gran Cacique, sorprendido por el valor de su hija, gritó al pueblo:
—Mi hija ha hablado con inteligencia y por eso no volveré a decidir
quién debe morir. ¡Liberen al hombre blanco!
Pocahontas, feliz, abrazó a John Smith ante el asombro de todos,
y los animalitos amigos de la princesa celebraron dando saltos y
haciendo piruetas.
Esa misma tarde, la expedición inglesa abandonó el territorio
algonquino y regresó a Inglaterra, pero sin el capitán John Smith quien
vivió feliz con su amada Pocahontas, en un pueblo indígena que lo
acogió como a uno más de los suyos.
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