Page 44 - 2 Valores
P. 44

9Cuidar la esperanza
Cuidar la esperanza
Cuando mantienes viva
la esperanza, la esperanza te
mantiene vivo. La esperanza
es la fuerza del combatiente,
el motor del luchador,
el fuego del aventurero,
la inspiración del creativo,
el ideal del santo, la energía
de los que aman. Todo en
la vida se hace por esperanza y
de ella dependen los sueños,
las metas y las conquistas.
El pensador Estanislao Zuleta, bien cons-
ciente del poder de esta virtud, nos dejó
este lúcido mensaje sobre ella: “El hom-
bre puede estar privado de cualquier cosa menos de la esperanza”. Según la leyenda
griega, Prometeo fue encadenado al Cáucaso por haber revelado a los hombres los
secretos divinos: les entregó el fuego, los metales, las artes y la agricultura. Entonces
los dioses, celosos de ese ser que iba a crecer tanto, lo condenaron al suplicio. Sin
embargo, Prometeo dice en el texto de Esquilo: “No solamente les di lo que dicen los
dioses, les di más que eso, algo más importante, ¡les di esperanza!” Lo que hay que
vencer es la incapacidad de los pueblos para organizar la esperanza. Una esperanza
razonable, no el delirio de alguien que va a llegar a trastocar el mundo, sino una es-
peranza real que se convierta en una fuerza creciente.
ESPERANZA
El papa Juan Pablo II afrontó con coraje y aceptación la orfandad, ya que su madre
murió cuando él tenía solo nueve años. Más tarde, siendo bachiller, tuvo que enterrar
a su hermano mayor, Eduardo, recién graduado como médico. Cuando le dieron la
triste noticia dijo calmado: “Acepto la voluntad de Dios”. Una hermosa lección de
confianza y disponibilidad cuando encontramos escollos en el camino que aparecen,
no para atormentarnos, sino para probar nuestra fe y nuestros bríos.
40
VALORES
































































   42   43   44   45   46